Del homo patiens (hombre sufriente) al homo rebellis (hombre rebelde): análisis de la nueva percepción de salud y enfermedad en época contemporánea

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Rosalba Gentile, Dra.

Resumen




¿Es verdaderamente posible circunscribir la variada realidad de la salud y de la enfermedad dentro de un dado esquema concep- tual sin correr el riesgo de desconocer la esencia más auténtica de estas nociones antonímicas, y no obstante complementarias?


Partiendo de este interrogativo, el presente artículo propone una reflexión sobre la enfermedad y sobre la salud a través del análisis de los paradigmas ontológico y positivista, de los cuales se ha buscado ilustrar la estructura epistemológica y la evolución teórica, con la finalidad de captar las numerosas implicaciones so- cio-antropológicas además de bioéticas de la realidad mencionada.


El examen de los paradigmas en cuestión ha permitido, ade- más, evidenciar la polivalencia semántica de la salud y de la en- fermedad y por tanto concluir que su complejidad es irreducible tanto a la visión dualística del modelo ontológico, que divide la unidad sustancial de los dos fenómenos aquí mencionados, como a la óptica cuantitativa del paradigma positivista, centrado en cambio sobre la idea de la mensurabilidad de la naturaleza. De hecho, como la vida contempla el grado y excluye el metro, así las manifestaciones vitales de lo normal y de lo patológico se sus





traen a sofocantes encuadramientos epistemológicos, que de ellos descuidan aquellas significados ulteriores y aquellas iridiscencias hermenéuticas, relevables, viceversa, a través de una especulación menos dogmática, y por tanto abierta a la interdisciplinariedad.


Se considera también que las visiones ontológica y positivista, avalando y contribuyendo a difundir específicos modelos de salud y de enfermedad, hayan, más o menos conscientemente, incenti- vado el gradual empobrecimiento ético y simbólico; culminante, en síntesis, en la remoción cultural de las dimensiones de la muerte y del dolor, en el alterarse de la relación médico-paciente y en la reducción materialista de la idea de salud. Esto se deriva del paso de la impostación ontológica a aquella positivista: mien- tras la primera interpreta la salud y la enfermedad según una lógi- ca de dualismo maniqueo, y por tanto potencialmente moralista, la segunda le provee en cambio una lectura en su mayoría laicis- ta y tal vez amoral. Esta transición paradigmática delinea por tan- to una nueva mentalidad colectiva, que, negando la realidad de lo patológico y absolutizando el valor de lo normal, exalta el dominio de una medicina de la utopía; la cual, ya no correspondiente a las necesidades efectivas de la persona sufriente, traiciona una su- perficialidad inconciliable con su íntima vocación humanitaria.







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Detalles del artículo

Cómo citar
Gentile, R. (2021). Del homo patiens (hombre sufriente) al homo rebellis (hombre rebelde): análisis de la nueva percepción de salud y enfermedad en época contemporánea. Medicina Y Ética, 25(1), 105–144. Recuperado a partir de https://revistas.anahuac.mx/index.php/bioetica/article/view/701
Sección
Artículos
Biografía del autor/a

Rosalba Gentile, Dra., Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de los Estudios de Turín.

Doctora en Ciencias de la Comunicación; Doctora en Literatura, Filología y Lingüística Italiana por la Facultad de Filosofía y Letras

Citas

1 Cfr.: por ejemplo, 1 Sam 5, 6.9-11-12, pero considérese también la así llamada Medicina de los orígenes, prevalentemente edificada sobre cimientos mágico-reli- giosos. COSMASINI G. L’arte lunga. Storia della medicina dall’antichità ad oggi. Roma-Bari: Laterza, 2001: 3-48.
2 LAPLANTINE F. Antropologia della malattia. trad. it. Firenze: Sansoni, 1988, 51.
3 CANGUILHEM G. Il normale e il patologico. trad. it. Turín: Einaudi, 1998: 237.
4 LAPLANTINE, op. cit., p. 49.
5 JOUANNA J. Ippocrate. trad. It. Turín: Sei, 1994: 295 y Cosmacini, op. cit., p. 66. 6 JOUANNA J. op. cit., pp. 311-312: 185-253.
7 Ibid., p. 259: 214-239.
8 LAPLANTINE, op. cit., p. 49. Foucault cita de hecho la “medicina de las especies”, donde “la enfermedad recibe una organización jerarquizada en familias, géneros y especies”. El acercamiento de la dimensión médica a la botánica emerge ade- más en la descripción de la “nervatura ordenada y casi vegetal de la (...) esencia” de la enfermedad (Foucault M. Nascita della clinica. Una archeologia dello sguar- do medico. trad. it. Turín: Einaudi, 1998: 16: 29).
9 Una diferente visión de lo normal y de lo patológico caracteriza la escuela de Kos (Corbellini G. Breve storia delle idee di salute e malattia. Roma: Carocci, 2004: 46). Jouanna se refiriere al rechazo, opuesto por algunos estudiosos, de reconocer “la dis- tinción básica entre la escuela de Kos y de Cnido” (Jouanna, op. cit., p. 72)
10 COSMACINI, op. cit., p. 212.
11 Ibid., p. 231.
12 SENDRAIL M. Histoire culturelle de la maladie. Toulouse: Editions Privat, 1980: 318.
13 Ibid., p. IX-X.
14 COSMACINI, op. cit., p. 235.
15 JOUANNA, op. cit., p. 312.
16 COSAMACINI.,L op. cit., p. 235.
17 CARLINO A. La fabbrica del corpo. Libri e dissezione nel Rinascimento. Turín: Ei- naudi,1994: 61.
18 KUHN T. La strurrura delle rivoluzioni scientifique trad. it. Turín: Einaudi, 1978: 211-251.
19 PROSPERI A. Prefazione a CARLINO. La fabbrica del..., pp. XI-XIII. La novedad del método heurístico arriba mencionado es en cambio evidenciado por Cosmacini, el cual, buscando sus orígenes a finales del siglo XIII y sobre todo en el siglo XIV, considera que aquél haya contribuido a favorecer el paso cualitativo de la medici- na de las auctoritates a una ciencia médica abierta al descubrimiento de lo nuevo y, por tanto, más madura y consciente de sí (COSMACINI, op. cit., p. 192).
20 CARLINO, op. cit., p. IX..
21 COSMACINI, op. cit., pp. 236-237. Parece interesante señalar que el descubri- miento del “nuevo” cuerpo por parte de Van Wesel había sido precedido, en la pri- mera mitad del siglo XIV por la nueva “modalidad disecante” mondiniana; la cual, rotando la posición del cadáver a “abrir” de la antigua posición vertical a aquella horizontal, inauguraba pública y oficialmente el paso de la anatomía practicada en los animales por “artesanos de la cirugía” a la anatomía humana, ejercida por ver- daderos y propios “peritos de la disección”: Ibid., p. 198-199.
22 VAN DELFT L. Frammento e anatomia. Rivoluzione scientifica e creazione lette- raria. ed. it. Bolonia: Il Mulino, 2004: 37-67: 131-171.
23 LAPLANTINE, op. cit., p. 49.
24 FOUCAULT, op. cit., p. 7.
25 ROSSI P. La nascita della scienza moderna in Europa. Roma-Bari: Laterza, 2000: 190-197. Se vea también Illich I. Nemesi medica. L’espropriazione della sa- lute. trad. it. Milán: MONDADORI, 1977: 164, en la cual se subrayan también la pér- dida de la independencia y de identidad del cuerpo “mecanizado”, que se vuelve por tanto “un aparato poseído y dirigido por el alma, pero desde una distancia casi infinita”.
26 DESCARTES R. Discorso sul metodo trad. it. Roma-Bari: Laterza, 1979: 109.
27 SONTAG S. Malattia come metafora. trad. it. Turín: Einaudi, 1992: 6.
28 COSMACINI, op. cit., pp. 197-200.
29 HOBBES T. Leviatan. Londres: Penguin Books, 1985: 81. La metáfora mecánica se extiende, naturalmente, también a la figura del médico, “relojero que repara las averías porque conoce la máquina” (Cosmacini, op. cit., p. 312).
30 ILLICH, op. cit., p. 174.
31 PASCAL B. Pensieri. trad. It. Milán: Mondadori, 1985: 118.
32 Cosmacin, op. cit., p. 312.
33 ONGARO BASAGLIA F. Salute / Malattia. Le parole della medicina. Turín: Einaudi, 1982: 208.
34 Las dos figuras arriba citadas se encuentran idealmente en ámbito anatómico, el cual, afirma Cosmacini, atraviesa tanto la cirugía como la medicina, configurán- dose como “arte de la mano y del intelecto”: a la práctica del “corte” une de hecho la especulación teórica hecha posible por la primera (Ibid., p. 197).
35 LAPLANTINE, op. cit., p. 69. A propósito de los modelos “exógeno” y “endógeno” de la enfermedad se vean pp. 78 ss.
36 COSMACINI. L’arte lunga..., p. 346.
37 COSMACINI G. SATOLLI R. Lettera a un medico sulla cura degli uomini. Roma- Bari: Laterza, 2003: 23
38 Ibid., p. 24.
39 GUGGENBÜHL-CRAIG A. Al di sopra del malato e della malattia. Il potere “assolu- to” del terapeuta. trad. it. Milán: Raffaello Cortina, 1987: 73.
40 JUNG CG. Tipi Psicologici. trad. it. Turín: Boringhieri; 1989: 412: 493.
41 MALHERBE JF. Per un’etica della medicina. trad. it. Cinisello Balsamo: Paoline, 1989: 125.
42 En el diálogo entre médico y paciente está reflejada la íntima relación dialógica de la enfermedad (Good BJ. Narrare la malattia. Lo sguardo antropologico sul ra- pporto medico-paziente. trad. it. Turín: Edizioni Comunità; 1999: 263), que comu- nica con el cuerpo y a través del cuerpo.
43 SOURNIA JC. L’uomo e la malattia en Le Goff J, Sournia JC (curador). Per una storia delle malattie. trad. it. Bari: Dedalo, 1986: 400.
44 CATTORINI P. Bioetica e cinema. Racconti di malattia. Milán: Franco Angeli; 2003: 20. 45 GADAMER HG. Dove si nasconde la salute. Milán: Raffaello Cortina, 1994: XIX.
46 Conocida definición de la figura del médico, atribuida a la Escuela Salernitana. 47 PLATÓN. La Repubblica. trad. it. Milán: Bur, 1984: 109, libro III.
48 PALESTRO G. Salute e malattia. Spunti per una definizione en LARGHERO E, ZEP- PEGNO G (curador), Dalla parte della vita. Itinerari di bioetica. I. Cantalupa: Effatà, 2007: 403.
49 RUSSO MT. La ferita di Chirone. Itinerari di antropologia ed etica in medicina. Mi- lán: Vita e Pensiero, 2006: 226. Según Russo, la asimetría que caracteriza la rela- ción médico-paciente habría ya caracterizado la Medicina hipocrática y galénica (connotándose por tanto como originaria a la Medicina misma), encarnándose en la figura del MEDICUS GRATIOUS (médico amable) (Ibid).

50 PELLEGRINO ED, Thomasma DC. Per il bene del paziente. Tradizione e innova- zione nell’etica medica. trad. it. Cinisello Balsamo: Paoline, 1992: 37.
51 Ibid., p. 72.
52 PLATÓN, op. cit., p. 157, libro IV.
53 Que es en cambio “coincidencia” peculiar de la Medicina hipocrática: COSMACI- NI, op. cit., p. 62
54 Ibid., p. 261.
55 LALLI N. Manuale di psichiatria e psicoterapia. Napoli: Liguori, 1991: 69.
56 SHORTER E. La tormentata storia del rapporto medico-paziente. trad. it. Milán: Feltrinelli, 1986: 91.
57 El cual puede idealmente yuxtaponerse al triángulo original (enfermo-médico- enfermedad), uniéndose al lado representado por el médico.
58 ONGARO BASAGLIA, op. cit., p. 3.
59 SENDRAIL, op. cit., p. 173.
60 CANGUILHEM, op. cit., p. 74. En esta interpretación gadameriana de la salud es reconocible el motivo bíblico del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gn 2, 17).
61 PELLEGRINO, THOMASMA, op. cit., p. 143. A la variable ontológica, Cosmacini y Satolli sustituyen aquella histórica que trasforma la homologante repetibilidad bio- lógica en especificidad interindividual (Cosmacini, Satolli, op. cit., p. 140).
62 STORTI CINZIA. Karl Eberhard Schelling. Il concetto di vita e di malattia nell’ambiente medico-filosofico romantico. Milán: Franco Angeli, 1994: 73.
63 GADAMER, op. cit., p. 107.
64 Ibid., p. 97.
65 La expresión está calcada de aquella de Di Nola, que refiere en cambio “falta de ser”, refiriéndola a la enfermedad (DI NOLA A. Malattia, en Enciclopedia delle religioni. Vallecchi: Florencia, 1972: 3, vol. 4°).
66 YOURCENAR M. Memorie di Adriano. trad. it. Turín: Einaudi, 1988: 260.
67 ANGELINI G. La malattia, un tempo per volere. Saggi di filosofia morale. Milán: Vita e Pensiero, 2000: 228.
68 VERGA G. Bollettino sanitario in Tutte le novelle. Milán: Mondadori, 1986: 243.
69 ILLICH, op. cit., p.53.
70 PLATÓN, op. cit., p. 148, libro IV.
71 RUSSO, op. cit., p. 174.
72 CATTORINI, op. cit., p. 251.
73 SONTAG, op. cit., p. 15.
74 LA PLANTINE, op. cit., p. 134.
75 MORDACCI R. Sul concetto di salute en BELLINO F (curador). Trattato di bioetica. Bari: Levante, 1992: 91.
76 SCHIPPERGES H. Il giardino della salute: la medicina nel Medioevo. trad. it. Milán: Garzanti, 1988: 144.
77 CORBELLINI subraya la secular convivencia de estos dos modelos epistemológi- cos en la historia de la Medicina (CORBELLINI. Breve storia..., p. 132)
78 LA PLANTINE. Antropologia della..., p. 59 y CORBELLINI. Breve storia..., p. 132.
79 LA PLANTINE. Antropologia della..., p. 56.
80 COSMACINI. L’arte lunga..., pp. 267-268.
81 GALILEI G. Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo. Turín: Einaudi; 2002: 4. 82 COSMACINI G. Storia della medicina e della sanitá in Italia. Roma-Bari: Laterza; 1995: 155 y ROSSI. La nascita della..., p. 125. En la galileana visión matemática del universo se confrontan controversias platónicas (Ibid., p. 126). A este propósi- to, se vea, por ejemplo, la Segunda parte del discurso de Timeo (54A - 56A-C): PLATONE. Timeo, Milano: Rusconi; 1994: 157-163.
83 ROSSI, op. cit., p. 123.
84 GETTO G. Il Barocco letterario in Italia. Milán: Paravia Bruno Mondadori Editori, 2000: 327.
85 La cita referida de Getto es atribuida a Giovan Battista Baliani, escritor de cien- cia del siglo XVII, autor de un Trattato della pestilenza (Ibid., p. 333).
86 Ibid., p. 337. La duda asume relevancia central en la episteme del siglo XVII, en cuanto es indicativo de rigor, de prudencia y de inteligencia especulativas; las cuales surgen como verdadera y propia metodología científica sobre todo en la obra de Francesco Redi, «verdadero y propio genio antiaseverativo” (Ibid., p. 346).
87 COSMACINI, Storia della..., p. 156.
88 ROSSI, op. cit., p. 290.
89 Se vea, por ejemplo, la carta de Galileo a Federico Cesi, fechada el 23 de sep- tiembre de 1624, en la cual el científico cita precisamente el “occhialino” para ver de cerca las cosas mínimas” (GALILEI G. Dal carteggio e dai documenti. Pagine di vita. Firenze: Sansoni, 1984).
90 GETTO, op. cit., pp. 347: 373: 325. La sutil atención a la categoría de lo minús- culo se refleja también sobre el uso lingüístico del diminutivo, frecuentemente de hecho en los escritos de los científicos barrocos (Ibid., p. 348).
91 Sobre la importancia de la experiencia se expresa LOCKE: “considero que todo nuestro conocimiento se funda sobre la experiencia, y en fin deriva todo de ella y de la observación” (Locke J. Saggio sull’intelligenza umana. trad. it. Roma-Bari: Laterza, 1984:81). Se vean también HUME D. Trattato della natura umana. trad. it. Milán: Bompiani, 2001: 19 y KANT I. Critica della ragione pura. trad. it. Milán: Bom- piani, 1987: 45, vol. I.
92 DESCARTES, op. cit., p. 126.
93 ROSSI, op. cit., p. 286.
94 COSMACINI, L’arte Lunga..., p. 267 e Id. Storia della..., p. 155.
95 Se piense, a este propósito, en la reformulación cuantitativa santoriana de la noción de intercambio, que partiendo del descubrimiento de la importancia en ello asumida también por la transpiración, sustituye la antigua idea de armónico equi- librio tetrahumoral la moderna concepción del intercambio como proceso metabó- lico (Ibid., pp. 154-155 e Id. L’arte Lunga..., p. 267, n. 89).
96 Id. Storia della..., p. 161.
97 Id. L’arte lunga..., pp. 272-273. Cosmacini rastrea los orígenes de la iatromecá- nica (“medicina mecánica”) y de la iatroquímica (“medicina química”), respectivamente en la física de Galilei y en la medicina paracelsiana, mientras su línea de convergencia estaría constituida por la teoría corpuscular de la materia viviente; conformada en particular, por los descubrimientos anatómico-microscópicos de Mapighi y de Bellini (Ibid., pp. 271-272 e Id. Storia della..., p. 184).
98 Ibid., p. 174 e Id. Storia della..., p. 274.
99 DESCARTES, op. cit., p. 125.
100 COSMACINI. L’arte lunga..., p. 274. El más tardío éxito evolutivo de la idea del siglo XVIII del intercambio sanguíneo (que naturalmente presupone el descubri- miento de la circulación de la sangre por parte del médico inglés William Harvey) será el procedimiento terapéutico de la diálisis, mientras el de las partes corpó- reas dañadas será la técnica del trasplante de órganos (Ibid., n. 104).
101 Id. Storia della..., p. 173.
102 Id. L’arte lunga..., p. 284 e Id. Storia della..., p. 173.
103 La doble apertura al mundo de la ciencia y al horizonte antropológico, asemeja la Medicina a la Bioética, que, por lo demás, también a nivel terminológico revela su constitutivo dirigirse a la vida.
104 COSMACINI, op. cit., p. 186.
105 Ibid, p. 187.
106 La taxonomía de lo patológico sobre bases botánicas recondujo a los médicos del siglo dieciocho Hermann Boerhaave y Francois Boissier de Sauvage, ambos convencidos de la utilidad de aplicar la metodología del naturalista al ámbito no- sográfico (Ibid., p. 221 e Id. L’arte lunga..., p. 294).
107 ID. Storia della..., p. 221 e Id. L’arte lunga..., p. 315. Testificada también por la literatura italiana y extranjera de varias épocas. Entre los tantos posibles ejem- plos, pertenecientes a la segunda mitad del siglo XIX CAPUANA L. Giacinta, Milán: Mondador,; 1980: 157; FLAUBERT G. Madame Bovary. trad. it. Milán: Mondadori, 1985: 219-228; Verga G. Mastro don Gesualdo. Milán: Mondadori, 1984: 331-336. 108 COSMACINI. L’ arte lunga..., p. 298 e Id. Storia della..., pp. 253-254.
109 Id., p. 276 e Id. L’arte lunga..., p. 296.
110 Id. Storia della..., p. 226.
111 Id. L’arte lunga..., p. 300 e Id. Storia della...; pp. 228-229.
112 Id. L’arte lunga..., pp. 300: 320 e Id. Storia della..., pp. 228-229: 235-236. Ra- cionalidad e instinto, escribe Cosmacini, son cualidades del MÉDECIN-IDÉOLOGUE (médico-ideólogo) Cabanis, declarante del valor antropológico de la medicina.
113 RUSSO, op. cit., p. 21.
114 FOUCAULT, op. cit., p. 210.
115 Ibid., pp. 120: 128.
116 Ibid., pp. 132-135: 157.
117 Ibid., p. 168. Foucault parece aquí invertir los términos de la afirmación bicha- tiana, según la cual, como escribe Cosmacini, «la enfermedad y la muerte hecha posible en la vida» (Cosmacini. L’arte lunga..., p. 328).
118 Ibid., p. 149.
119 COSMACINI. L’arte lunga..., pp. 328-329. 120
120 Id. Storia della..., p. 273.
121 SHRYOCK R. Storia della medicina nella societá moderna. trad. it. Milán: Istitu- to Editoriale Internazionale, 1977: 104.
122 COSMACINI. Storia della..., p. 273.
123 Id. L’arte lunga..., p. 329.
124 Ibid., p. 338 e Id. Storia della..., p. 367. En esta última obra, en la misma pági- na, Cosmacini afirma que la exaltación de la fisiología como ciencia más apropia- da a la explicación de lo patológico y del viviente es reconducible a Moleschott y Bernard.
125 CANGUILHEM. Il normale..., p. 18.
126 COSMACINI. L’ arte lunga..., p. 344.
127 COSMACINI, Satolli. Lettera a..., pp. 69-70.
128 COSMACINI. L’arte lunga..., p. 345. La indagación endoscópica se vale, por ejemplo, del laringoscopio, del esofagoscopio (asociados respectivamente a Jo- hann Czermak y a Adolf Kusmaul) y del criptoscopio (que utiliza los rayos X des- cubiertos por Röntgen), los cuales hacen “todavía más interna la “medicina inter- na”” (Ibid., p. 345 e Id. Storia della..., p. 419).
129 Ibid., pp. 386-415.
130 Id. L’ arte lunga..., p. 354.
131 BRECHT B. Vita di Galileo. trad. it. Turín: Einaudi, 1963: 56.
132 Ibid., p. 125.
133 ONGARO BASAGLLA, op. cit., pp. 206: 208-211: 48.
134 SHORTER, op. cit., p. 143.
135 CANGUILHEM, op. cit., p. 241.
136 Ibid., pp. XXXV-XXXVI.
137 VIAFORA C. Malattia en COMPAGNONI F. Etica della vita. Cinisello Balsamo: S. Paolo, 1996: 99.
138 ANGELINI, op. cit., pp. 33-40.
139 El surgir de enfermedades siempre nuevas reenvía a la secular “capacidad” de lo patológico de renovarse de época en época, asumiendo aspectos cada vez di- versos, y a la actual impotencia de la avanzadísima ciencia tecnológica para sub- yugar completamente la enfermedad. A este propósito, escribe Sendrail: «LES TEMPS MODERNES N’ONT POINT ENCARE, S’ILS LE DOIVENT JAMAIS, ACQUIS LA FORCE DE DOMINER LA MALADIE. LA MALADIE A SIMPLEMENT CHANGÉ DE FORME» (los tiempos modernos no pueden encarar si alguna vez han debido, la adquisición de la fuer- za de dominar la enfermedad. La enfermedad es simplemente un cambio de for- ma) (SENDRAIL. Histoire culturelle ..., p. 444).
140 JONAS H. Tecnica, medicina ed etica. Prassi del principio di responsabilitá, trad. it. Turín: Einaudi, 1997: 124.
141 SCHOPENHAUER A. O si pensa o si crede. Scritti sulla religione, trad. it. Milán: Bur, 2001: 177, § 137.
142 FOUCAULT, op. cit., p. 157.
143 ARIES P. Storia della morte in Occidente. trad. it. Milán: Bur,1998: 43.
144 PASCAL B. Pensieri, trad. it. Milán: Mondadori, 1985: 193. Se trata del pensa- miento n. 223, en el cual se agrega que “limitados, como somos, en todos los campos, esta condición intermedia entre dos extremos choca en todas nuestras facultades» (Ibid., p. 195): las capacidades cognitivas del hombre, si bien eleva- das, muestran el inevitable límite de no poder penetrar el principio y el fin de las cosas. Sobre esta condición que es propia de la naturaleza humana, el individuo contemporáneo, trastornado por un ilusorio sentido de omnipotencia, debería ver- daderamente meditar.
145 SARTRE JP. L’essere e il nulla. trad. it. Milán: Mondadori, 1988: 656.
146 ARIES, op. cit., p. 114.
147 CARLI A. Anatomie scapigliate, L’estetica della morte tra letteratura, arte e scienza. Novara: Interlinea, 2004: 48.
148 TARCHETTI I.U. Memento! In Lirici della Scapigliatura. Milán: Mondadori, 1997: 122.
149 DIERX LÉON. Il nodo invisibile en Antologia dei poeti parnassiani. Milán: Monda- dori, 1996: 193.
150 BOSSI L. Storia naturale dell’anima. trad. it. Milán: Baldini Castoldi Dalai, 2005: 380.
151 ARIES, op. cit., p. 127.
1|52 FOUCAULT, op. cit., pp. 185-186.
153 Ibid., p. 210.
154 A la valoración del último instante miran las ARTES MORIENDI (artes del morir), las cuales, incitadas por el paulino QUOTIDIE MORIOR (muero cada día), preparan, mientras se está todavía en vida, a la buena muerte a la cual debe por otra parte corresponder una vida igualmente buena. A la misma finalidad está dirigida tam- bién la constante meditación de la PASSIO CHRISTI (Pasión de Cristo), que, ade- más, trasfigura la muerte en sentido salvífico (VOVELLE M. La morte e l’Occidente . Dal 1300 ai giorni nostri. trad. it. Roma-Bari: Laterza, 2000: 243-253).
155 ARIES, op. cit., p. 84.
156 VOVELLE, op. cit., p. 635.
157 BOSSI, op. cit., p. 383.
158 Ibid., p. 426.
159 FREUD S. lntroduzione alla psicoanalisi. trad. it. Turín: Bollati Boringhieri, 1999: 258- 259.
160 ARIES, op. cit., p. 70 y BOSSI, op. cit., p. 391.
161 FUMAGALLI V. Paesaggi della paura. Vita e natura nel Medioevo. Bolonia: Il Muli- no, 1994: 263.
162 BORGNA E. L’arcipelago delle emozioni. Milán: Feltrinelli, 2002: 146.
163 MERLO P. Eutanasia e testamento biologico. Aspetti etici en LARGHERO, ZEPPEG- NO (curador), op. cit., p. 560.
164 ARIES, op. cit., pp. 196-197.
165 Ibid., pp. 197-198: 249.
166 Ibid., p. 71
167 FOUCAULT, op. cit., p. 20 y Bossi, op. cit., p. 420.
168 Ibid. e ILLICH, op. cit. p. 271.
169 BOSSI, op. cit., p. 412.
170 GADAMER, op. cit., p. 70.
171 KIERKEGAARD S. La malattia mortale en Opere trad. it. Casale Monferrato: Pie- mme, 1995: 21.
172 BOSSI, op. cit., p. 433.
173 GRESHAKE G. Vita - piú forte della morte. Sulla speranza cristiana. ed. it., Bres- cia: Queriniana, 2009: 83.
174 MONTAIGNE DE M. Saggi. trad. it Milán: Adelphi, 2005: 119, vol. 1.
175 JONAS, op. cit., p. 119. En este sentido, Jonas ha también evidenciado la doble naturaleza de la muerte: “la mortalidad es solamente la otra cara de la fuente in- cesante de la ‘natalidad’” (Ibid., p. 120).
176 MALO A. L’angoscia come situazione limite della sofferenza umana en ESCLAN- DA R, RUSSO F (curador). Homo patiens. Prospettive sulla sofferenza umana. Roma: Armando Editore, 2003: 121.
177 Good, op. cit., p. 81.
178 GALLI G. Psicologia del corpo. Fenomenologia ed ermeneutica. Bologna: CLUEB, 1997: 19.
179 ANGELINTI, op. cit., p. 171.
180 LE BRETON D. Antropologia del dolore. trad. it. Roma: Meltemi, 2007: 56.
181 PLATONE, op. cit., p. 117.
182 LE BRETON, op. cit., p. 16.
183 CORBELLA C. Corpo e persona. Aspetti filosofici ed etici en LARGHERO, ZEPPEG- NO (curador), op. cit., p. 176.
184 MANN T. La montagna incantata. trad. it. Milán: Corbaccio, 199: 474.
185 GALIMBERTI U. La casa di psiche. Dalla psicoanalisi alta pratica filosofica. Milán: Feltrinelli; 2009: 280.
186 ANGELINI, op. cit., p. 173.
187 NATOLI S. L’esperienza del dolore. Le forme del patire nella cultura occidentale. Milán: Feltrinelli, 2001: 106.
188 GALIMBERTI, op. cit., p. 281.
189 NATOLI L’esperienza del..., p. 106.
190 ALICI, L. Essere, agire, patire: l’anomalia della finitezza, en ESCLANDA, RUSSO, op. cit., pp. 206-207.
191 Viafora, op. cit., p. 96.
192 LE BRETON, op. cit., p. 21. También Concetta Sinopoli, por ejemplo, se detiene sobre la naturaleza universal del sufrimiento humano, agregando que es “un “mundo” específico que existe junto al hombre, le pertenece y en ello él se reco- noce a sí mismo en las fibras más verdaderas y auténticas de su realidad» (SINO- POLI C. Salute, malattia e sofferenza. Tra valori ed etica. Padova: Edizioni Mes- saggero, 2008: 165).
193 LE BRETON, op. cit., pp. 23-37.
194 NATOLI, op. cit., p. 8.
195 SPINSANTI S. Salute, malattia, morte en COMPAGNONI F, PIANA G, PRIVITERA S (curador). Nuovo dizionario di teologia morale. Cinisello Balsamo: San Paolo, 1990: 1138.
196 NATOLI, op. cit., p. 130.
197 BONELLI J. Il senso della sofferenza en Esclanda, Russo, op. cit., p. 71.
198 NDRECA A. La sofferenra cristiana en S. Kierkegaard en Esclanda, Russo (cura- dor), op. cit., p. 232.
199 NOVALIS, Frammenti. trad. it., Milán: Bur, 2001: 186. El fragmento es el n. 687. 200 ALICI. Essere, agire..., p. 208.
201 COLOMBERO G. La malattia. Una stagione per il coraggio. Roma: Paoline, 1981: 24.
202 VIAFORA, op. cit., p. 85
203 ILLICH, op. cit., p. 147.
204 CICCONE L. Salute & malattia. Questioni di morale della vita física. Milán. Ares, 1986: 520.
205 ILLICH, op. cit., pp. 48: 145. El término “pasión” es entendido aquí en sentido etimológico, o sea como sufrimiento (Devoto G. Avviamento alla etimologia italia- na. Dizionario etimologico. Firenze: Le Monnier, 1984: 305, v. passione).
206 La posibilidad de insensibilizar el sufrimiento físico representa otra gran con- quista de la medicina de mediados del siglo XIX, que, sustituyendo los antiguos remedios analgésicos naturales con los gases químicos (óxido nitroso y éter sul- fúrico, aplicados, poco después del cloroformo), permitirá al inglés Liston realizar la primera intervención quirúrgica indolora (1846). Según Cosmacini al afirmarse la “revolución” anestésica ha surgido un nuevo concepto, antirromántico, del do- lor, entonces entendido como dato incompatible con la condición natural del hom- bre (COSMACINI. Storia della..., pp. 338-340).
207 LARCHET JC. Teologia della malattia. trad. it. Brescia: Queriniana, 1993: 7-8.
208 ILLICH, op. cit., p. 158.
209 CANGUILHEM, op. cit., p. 153 y Russo, op. cit., p. 150.
210 SHORTER, op. cit., p. 91.
211 LALLI N. Dal mal di vivere alla depressione . Roma: Magi, 2008: 4l.
212 RUSSO, op. cit., p. 168.
213 NATOLI, op. cit., p. 27l.
214 LEOPARDI G. Zibaldone di pensieri. Milán: Mondadori, 1983: 278, vol. l.
215 2 Cor 4,16.
216 SCHOPENHAUER, op. cit., pp. 121-122, § 109.
217 VIAFORA, op. cit., p. 105.
218 PARISI D. La scienza è la sola conoscenza? Kos, 2004: 229: 12-17, p. 17.
219 MARCUSE H. L’uomo a una dimensione. L’ideologia della società industriale avanzata. trad. it., Turín: Einaudi, 1999: 154.
220 JONAS, op. cit., p. 73.
221 GADAMER, op. cit., p. 11.
222 JONAS H. Sull’orlo dell’abisso. Conversazioni sul rapporto tra uomo e natura. trad. it., Turín: Einaudi, 2000: 29.
223 ANGELINI, op. cit., p. 224.
224 FLECK L. Genesi e sviluppo di un fatto scientifico. Per una teoria dello stile e del collettivo di pensiero. trad. it., Bolonia: II Mulino, 1983: 23.

225 MURA F. Aspetti psicopatologici della comunicazione nel rapporto della perso- na con l’ambiente en Tarro G (curador). Bioetica e cultura della prevenzione. Un nuovo modo di intendere la salute e la malattia. Bolonia: Apeiron, 2001: 154.
226 La constante suspensión del hombre entre estas dos disonantes modalidades del existir ha sido captada, entre otros, también por Nietzsche, según el cual, de hecho, “el hombre es el animal todavía no estabilizado” (NIETZSCHE F. Frammenti postumi 1882-1884 en Opere. ed. it., Milán: Adelphi, 1976: 111, vol. VII, t. II).
227 ONGARO Basaglia, op. cit., p. 40.
228 MURA, op. cit., p. 154.
229 FRANKL V. Homo patiens. Interpretazione umanistica della sofferenza. trad. it., Brezzo di Bedero: Salcom, 1979: 157.
230 Fragmento heracliteo encontrable en CAPIZZI A (curador). I presocratici trad. it., Imola: La Nuova Italia, 1975: 36.
231 ILLICH, op. cit., p. l74. En realidad, Illich ha escrito que “Job se volvía Prome- teo”. La cita ha sido por tanto adaptada al razonamiento desarrollado en el perío- do en el cual ella aparece.
232 GALIMBERTI, op. cit., p. 405.
233 PALESTRO G. Etica della scienza e della ricerca scientifica, en LARGHERO, ZEP- PEGNO, op. cit., pp. 153-157.
234 GALIMBERTI, op. cit., p. 423.
235 Ibid., p. 426
236 JONAS, op. cit., p. 81.
237 Ibid., p. 43.
238 SVEVO I. La conocienza di Zeno. Roma: Newton Compton, 1985: 349.